La mañana estaba super fría cuando salimos de Puebla. Estimo que la temperatura estaba entre 3/4 grados centígrados -- bastante frio para la poca ropa que llevábamosy yo en pantalones cortos. No es fácil. Pasamos cerca del casco viejo con el castillo levantado en el siglo XV por Rodrigo Alonso Pimentel pero no entramos. El castillo es imponente y mira toda la ciudad abajo.
Seguimos por la carretera unos cuantos kilómetros hasta llegar a Terroso, un pueblo sin mucha actividad. Antes de llegar a Terroso, pasamos cerca de un rio pero no tuvimos que cruzarlo. Las flechas estaban claras. Supimos mas tarde que el peregrino Canadiense de Quebec se confundió y cruzo el río mojándose bastante ya que estaba bastante crecido. Este mismo peregrino se confundió en otra ocasión y siguió en ruta a Portugal; se dio cuenta antes de obviamente llegar a la frontera (que esta bastante retirada) pero de todos modos tuvo que caminar un buen numero de kilómetros de mas. Así es el camino; hay que estar bien atento a las marcas. Pablo sabe mucho de eso.
Aquí viene nuestra aventura. Entre Terroso y y el proximo pequeño pueblo, nos perdimos. Seguimos las flechas pero nos llevaron a 2 caminos que aparentemente no conducían a ningún sitio. En lo que Pablo y Julio exploraban los 2 caminos, yo me quede con Juan Antonio a ver que pasaba. Ninguna de los 2 caminos era bueno y tuvimos que regresar y tomar la carretera. Agustin después nos dijo que el había dejado unas marcas pero no las vimos. Perdimos como una hora y caminamos 2 kilómetros de mas por un camino bastante fuerte y una cuesta bien empinada. En Requejo, el proximo pueblo, nos comimos unos bocadillos de chorizo local en un bar y vimos la edición escrita de la "Opinión" donde estaba nuestras fotos y el reportaje. Ya pondré un enlace hasta la pagina web de este periódico local. Nos sentimos bien y el reportaje lo encontramos bien objetivo.
De Requejo, subimos por la carretera hasta el puerto de Padornelo a 1323 metros. La subida fue bien fuerte; casi 12 kilómetros. Pablo se fue adelante (nosotros nos quedamos un rato mas en el bar) y nos espero en el Bar Silva después del túnel de Padornelo. De hecho, Pablo le metió mano a esa gigantesca cuesta como si nada mientras Julio, Juan Antonio y yo poco a poco lo logramos. Después del túnel y ya en el bar Silva, la propietaria nos atendió muy bien y ella nos dio varios "tips" para llegar a Lubian mas cómodamente;nuestro objetivo era llegar a Lubian y pasar la noche en ese albergue.
El camino a Lubian nos llevo por un sendero bien pedregoso y difícil (Agustin lo llamo "infernal"). Ya era de noche en el bosque cerca de Lubian cuando llegamos al albergue a las 20:30 donde nos recibió Agustin (que ya había llegado mas temprano y Julio le empezo a llamar "flecha veloz") y otros peregrinos (alemanes y el Canadiense de Quebec). La administradora del albergue nos sello la credencial. El bar estaba lejos así que comimos lo que teníamos disponible en nuestras mochilas mas alguna otra cosa que encontramos en el albergue. El Canadiense que fue por cigarrillos al bar, nos trajo vino. Cenamos bien y estábamos muertos.
El albergue es bastante simple pero estaba bien cuidado por la administradora. Nos trajeron mantas para el frío aunque tambien tenían varias estufas para calentar el ambiente. Nos retiramos a dormir.
Hasta la proxima. Manuel
Seguimos por la carretera unos cuantos kilómetros hasta llegar a Terroso, un pueblo sin mucha actividad. Antes de llegar a Terroso, pasamos cerca de un rio pero no tuvimos que cruzarlo. Las flechas estaban claras. Supimos mas tarde que el peregrino Canadiense de Quebec se confundió y cruzo el río mojándose bastante ya que estaba bastante crecido. Este mismo peregrino se confundió en otra ocasión y siguió en ruta a Portugal; se dio cuenta antes de obviamente llegar a la frontera (que esta bastante retirada) pero de todos modos tuvo que caminar un buen numero de kilómetros de mas. Así es el camino; hay que estar bien atento a las marcas. Pablo sabe mucho de eso.
Aquí viene nuestra aventura. Entre Terroso y y el proximo pequeño pueblo, nos perdimos. Seguimos las flechas pero nos llevaron a 2 caminos que aparentemente no conducían a ningún sitio. En lo que Pablo y Julio exploraban los 2 caminos, yo me quede con Juan Antonio a ver que pasaba. Ninguna de los 2 caminos era bueno y tuvimos que regresar y tomar la carretera. Agustin después nos dijo que el había dejado unas marcas pero no las vimos. Perdimos como una hora y caminamos 2 kilómetros de mas por un camino bastante fuerte y una cuesta bien empinada. En Requejo, el proximo pueblo, nos comimos unos bocadillos de chorizo local en un bar y vimos la edición escrita de la "Opinión" donde estaba nuestras fotos y el reportaje. Ya pondré un enlace hasta la pagina web de este periódico local. Nos sentimos bien y el reportaje lo encontramos bien objetivo.
De Requejo, subimos por la carretera hasta el puerto de Padornelo a 1323 metros. La subida fue bien fuerte; casi 12 kilómetros. Pablo se fue adelante (nosotros nos quedamos un rato mas en el bar) y nos espero en el Bar Silva después del túnel de Padornelo. De hecho, Pablo le metió mano a esa gigantesca cuesta como si nada mientras Julio, Juan Antonio y yo poco a poco lo logramos. Después del túnel y ya en el bar Silva, la propietaria nos atendió muy bien y ella nos dio varios "tips" para llegar a Lubian mas cómodamente;nuestro objetivo era llegar a Lubian y pasar la noche en ese albergue.
El camino a Lubian nos llevo por un sendero bien pedregoso y difícil (Agustin lo llamo "infernal"). Ya era de noche en el bosque cerca de Lubian cuando llegamos al albergue a las 20:30 donde nos recibió Agustin (que ya había llegado mas temprano y Julio le empezo a llamar "flecha veloz") y otros peregrinos (alemanes y el Canadiense de Quebec). La administradora del albergue nos sello la credencial. El bar estaba lejos así que comimos lo que teníamos disponible en nuestras mochilas mas alguna otra cosa que encontramos en el albergue. El Canadiense que fue por cigarrillos al bar, nos trajo vino. Cenamos bien y estábamos muertos.
El albergue es bastante simple pero estaba bien cuidado por la administradora. Nos trajeron mantas para el frío aunque tambien tenían varias estufas para calentar el ambiente. Nos retiramos a dormir.
Hasta la proxima. Manuel