De nuevo, me levante temprano para terminar el diario 2 (no hay mucho tiempo el día anterior y hay que hacerlo por la mañana).
La ruta de hoy es larga y se considera media en dificultad. Sin embargo, después de caminarla, yo la llamaría alta en dificultad especialmente por las múltiples subidas llegando a Almaden y el "cerro del calvario" que, en nuestra opinión, fue un calvario real subirlo. Una subida de apenas 1 kilómetro pero bien empinada -- solamente se podían dar varios pasos y descansar. El truco era de ir de palo en palo; tu divisabas un palo a unos metros de distancia y el reto era llegar hasta el. No fue fácil. Cuando yo llegue arriba, estuve mas de media hora respirando fuertemente y tratando de estabilizarme.
Tardamos en llegar 10 horas. Los primeros 16 kilómetros, el camino sigue por la carretera nacional hasta el parque forestal de el Berrocal. En esos 16 kilómetros, no hay nada excepto carretera. No hay sitio para descansar (excepto la misma carretera) ni un bar para tomarse un refresco. En el parque nacional, los bomberos de la casa del guarda nos regalaron agua. Cuando le preguntamos al bombero como estaba la ruta a Almaden, nos dijo que estaba bien pero con alguna subidita al final (estaba hablando del "cerro del calvario" y creo que se estaba riendo por dentro).
Salimos de la finca por una portela y rápido entramos en una vereda angosta y no muy pronunciada. Antes de llegar a esta portela, tuvimos que pasar por unas subidas y bajadas impresionantes que te quitan todas las fuerzas. Después, el Calvario. La vereda o senda que tomamos va ascendiendo rápidamente y termina en una fuerte subida (como ya mencione antes) hasta culminar el alto del Calvario, rodeado de brezos desde el cual se divisa el hermoso paisaje que hemos recorrido. Hermoso definitivamente; se divisa la parte sur recorrida y al norte el pueblo blanco de Almaden a solo 1800 metros bajando. La bajada a Almaden es corta pero muy pronunciada.
Llegamos al albergue municipal bastante tarde porque nos paramos en el primer bar que vimos a refrescarnos. Pablo se tomo como cuatro coca colas de cantazo y Julio y yo compartimos 2 cervezas piponas Cruzcampo que sabían como el mejor champán francés. Encontramos a Georgie en el albergue y estaba preocupado por nosotros. De hecho, le había hablado a Doña Manuela, la hospitalera, que alternativas habían para socorrernos si acaso no aparecíamos pronto. Después de asearnos, fuimos a cenar en el bar de Conchita (aparentemente el único abierto a esa hora y que tiene cierta buena fama) donde comimos el menú de la casa que consistía en (1) spaguetti, sopa o ensalada, y (2) San Jacobo (jamón y queso rebosado), costillas, o calamares rebosados. Se bebió vino blanco de Cadiz. En general, ninguno de nosotros estuvimos bien impresionados con los platos. Quizás fue mala suerte de nuestra parte. Después de cenar, nos retiramos a dormir.
El mayor esplendor de Almaden de la Plata data de tiempos romanos que ya explotaban sus yacimientos. Fue reconquistada de los árabes por los Caballeros de la Orden de Santiago.
Como nota curiosa y no muy bonita, yo había llamado a mi esposa Martha unas horas antes cuando estaba en la carretera y me menciono varias cosas que pasaron en estos días en mi casa en Puerto Rico. Aparte de que el televisor se había dañado y otras cosas no funcionaban, me dijo que que ella había encontrado el perro del vecino ahogado en la piscina. El perro se había perdido aparentemente y cayó durante la noche en la piscina y no pudo salir desafortunadamente. Tremendo "shock" y susto de Martha al ver el perro muerto. No es fácil.
Seguimos mañana. Manuel
La ruta de hoy es larga y se considera media en dificultad. Sin embargo, después de caminarla, yo la llamaría alta en dificultad especialmente por las múltiples subidas llegando a Almaden y el "cerro del calvario" que, en nuestra opinión, fue un calvario real subirlo. Una subida de apenas 1 kilómetro pero bien empinada -- solamente se podían dar varios pasos y descansar. El truco era de ir de palo en palo; tu divisabas un palo a unos metros de distancia y el reto era llegar hasta el. No fue fácil. Cuando yo llegue arriba, estuve mas de media hora respirando fuertemente y tratando de estabilizarme.
Tardamos en llegar 10 horas. Los primeros 16 kilómetros, el camino sigue por la carretera nacional hasta el parque forestal de el Berrocal. En esos 16 kilómetros, no hay nada excepto carretera. No hay sitio para descansar (excepto la misma carretera) ni un bar para tomarse un refresco. En el parque nacional, los bomberos de la casa del guarda nos regalaron agua. Cuando le preguntamos al bombero como estaba la ruta a Almaden, nos dijo que estaba bien pero con alguna subidita al final (estaba hablando del "cerro del calvario" y creo que se estaba riendo por dentro).
Salimos de la finca por una portela y rápido entramos en una vereda angosta y no muy pronunciada. Antes de llegar a esta portela, tuvimos que pasar por unas subidas y bajadas impresionantes que te quitan todas las fuerzas. Después, el Calvario. La vereda o senda que tomamos va ascendiendo rápidamente y termina en una fuerte subida (como ya mencione antes) hasta culminar el alto del Calvario, rodeado de brezos desde el cual se divisa el hermoso paisaje que hemos recorrido. Hermoso definitivamente; se divisa la parte sur recorrida y al norte el pueblo blanco de Almaden a solo 1800 metros bajando. La bajada a Almaden es corta pero muy pronunciada.
Llegamos al albergue municipal bastante tarde porque nos paramos en el primer bar que vimos a refrescarnos. Pablo se tomo como cuatro coca colas de cantazo y Julio y yo compartimos 2 cervezas piponas Cruzcampo que sabían como el mejor champán francés. Encontramos a Georgie en el albergue y estaba preocupado por nosotros. De hecho, le había hablado a Doña Manuela, la hospitalera, que alternativas habían para socorrernos si acaso no aparecíamos pronto. Después de asearnos, fuimos a cenar en el bar de Conchita (aparentemente el único abierto a esa hora y que tiene cierta buena fama) donde comimos el menú de la casa que consistía en (1) spaguetti, sopa o ensalada, y (2) San Jacobo (jamón y queso rebosado), costillas, o calamares rebosados. Se bebió vino blanco de Cadiz. En general, ninguno de nosotros estuvimos bien impresionados con los platos. Quizás fue mala suerte de nuestra parte. Después de cenar, nos retiramos a dormir.
El mayor esplendor de Almaden de la Plata data de tiempos romanos que ya explotaban sus yacimientos. Fue reconquistada de los árabes por los Caballeros de la Orden de Santiago.
Como nota curiosa y no muy bonita, yo había llamado a mi esposa Martha unas horas antes cuando estaba en la carretera y me menciono varias cosas que pasaron en estos días en mi casa en Puerto Rico. Aparte de que el televisor se había dañado y otras cosas no funcionaban, me dijo que que ella había encontrado el perro del vecino ahogado en la piscina. El perro se había perdido aparentemente y cayó durante la noche en la piscina y no pudo salir desafortunadamente. Tremendo "shock" y susto de Martha al ver el perro muerto. No es fácil.
Seguimos mañana. Manuel