El miércoles pasado 20 de Agosto caminamos 23 kilómetros en el Yunque – la segunda vez que lo hacemos en esa maravillosa montaña (la segunda mas alta en Puerto Rico con 1,080 metros de alto). Esta vez, estuvimos Julio, Pablo, Manuel y una invitada que nos acompaño, Jenny Bolívar. Jenny, esposa de mi gran amigo Carlos González, estuvo en el Camino Francés conmigo hace 2 años. Gracias Jenny por acompañarnos, motivarnos y darnos un buen estimulo.
El día estuvo precioso y, por suerte (muy raro), no llovió (recuerden que el Yunque esta en un bosque lluvioso – “rain forest” como dirían los del norte (el único en la isla) y llueve casi todos los días). Desde el barrio Palmer, subimos hasta el área del Yukiyu (donde el gobierno estatal tiene una cafetería y venden hamburguesas y otras cosas) y de vuelta a Palmer. Nos tardamos 7 horas y media; casi 5 horas subiendo y el resto bajando con sus momentos de descanso. La subida es mortal y bien fuerte; la bajada, aunque mas rápida, es una tortura para las rodillas y los dedos del pie.
Al llegar arriba (Yukiyu), descansamos por un buen rato y comimos algo. Pablo se comió una hamburguesa que estaba muy buena pero cara. Ya hablamos sobre los precios altos en el escrito anterior; también, no me explico como no tienen refrescos de frutas naturales (de la Isla) que seria un éxito con los turistas. No entendemos el porque no se ofrecen mas cosas de aquí y solo ofrecen la coca-cola, sprite y otros productos ajenos a nuestra tierra. Incluso, los famosos “souvenirs” están hechos en la China. Ya Don Quijote lo dijo hace muchos años: “Cosas veredes, Sancho, que non crederes” (o sea,… “Veras cosas, Sancho, que no creerás”.
Bajamos bastante rápido (comparado con la subida) y almorzamos un poco en una cafetería en Palmer donde habíamos dejado la guagua de Jenny. Ya eran casi las 4:00 de la tarde cuando comenzamos nuestra retirada a San Juan.
Nos vemos en la próxima. Manuel