Después de desayunar en Los Emigrantes, fuimos a dar un "tour" de la ciudad amurallada. Nos subimos a la muralla y caminamos por toda la ella rodeando el pueblo; muy bonito todo especialmente, como el pueblo esta alto, se divisa toda la comarca. La muralla se mantiene en muy buenas condiciones.
Salimos del pueblo en dirección Aldehuela del Jerte; fue una recta de 6 kilómetros que lo hicimos en una hora. En Aldehuela, compramos unos refrescos y "morcilla" local (un tipo de chorizo y no la tradicional morcilla de sangre que conocemos) para comérnosla mas tarde. De Aldehuela, llegamos a Carcaboso donde se conservan aquí varios miliarios recuperados (ver fotos) en la portada de su recién restaurada iglesia dedicada a Santiago.
En Carcaboso conocimos a la muy simpática e interesante Doña Elena (ver fotos), una señora de ya algunos años propietaria de un bonito albergue (que visitamos) y un bar administrado por su hija. Doña Elena es ya una leyenda en la Ruta de la Plata; todos la conocen. Ella es muy celosa con los peregrinos y les quiere hacer la vida fácil. En el bar de Doña Elena, nos refrescamos y yo me fui un momento a la biblioteca publica, que estaba cerca, a ver el correo mientras Julio y Pablo se quedaron hablando con Doña Elena. Nos enseño el albergue (11 Euros por día) y lo encontramos super excelente y muy bien cuidado. Todos los cuartos tienen baños privados. Lástima que nosotros ya estábamos en ruta a otro pueblo si no nos hubiesemos quedado.
Nos encontramos el peregrimo Cantabro y nos dijo que se había perdido (por segunda vez) y recorrio 18 kilómetros de mas -- nos dijo que estaba explotado y se iba a quedar en el albergue de Doña Elena para descansar. Eran las 14:30. Doña Elena nos recomendó almorzar en Carcaboso y nos dijo que fuéramos a el Bar Las Golondrinas que comimos: (1) ensalada verde para compartir, sopa de fideos, (2) lomo (de nuevo, Pablo) y pollo.
Después de almorzar, fuimos a ver a Doña Elena para que nos diera instrucciones para salir del pueblo y nos recomendase un albergue. Así lo hizo. Nos recomendó que nos quedasemos en el Hostal Asturias no muy lejos de Arcos de Cáparra (tan pronto lleguemos al Arco, nos recogen en una furgoneta e y nos llevan al hostal sin costo alguno) -- Doña Elena personalmente llamo a Oscar (el dueño del hostal) para reservar. Del Arco al Hostal son como 10 kilómetros. Originalmente habíamos planeado quedarnos en Oliva de Plasencia pero Doña Elena nos sugirió el Hostal para no desviarnos mucho del camino y mas o menos el costó iba a ser lo mismo.
Salimos del pueblo y rápidamente agarramos el camino que coincide con la calzada. Pasa,os el canal del Jerte, fincas de encinas, vallas de piedra, portelas, y poco a poco nos acercamos a Venta Quemada, que es una casa privada. Allí descansamos un rato y seguimos en dirección al Arco por el camino/calzada por aproximadamente 5 kilómetros. Cuando la calzada se va estrechando debido a la maleza, va quedando poco para descubrir el arco cuadriforme de Caparra, impresionante en su soledad. Descansamos un rato y llamamos al hotel para que nos recogieran. Ya era de noche (20:30) y empezaba a hacer frió.
Roberto del hostal Asturias nos recogió y nos llevó al hostal que se veía muy bien. Nos aseamos y refrescamos y nos preparamos para cenar en el hostal que todavía nos ofrecían el menú del día. En el bar, antes de cenar, nos dieron de aperitivos unos pinchos de morro de cerdo (la cara del cerdo) en salsa.
Cenamos muy bien: De (1) alubias con chorizos y, (2) huevos fritos con patatas (yo), lomo para Pablo y otra carne para Julio. Postre y vino de la casa.
Nos retiramos a dormir no sin antes curarme de 2 ampollas que se me formaron. Pablo fue el enfermero que brego con las ampollas usando el método tradicional (perforar la ampolla dejando un hilo para que drene). Nos retiramos a dormir.
Hasta la proxima. Manuel
Salimos del pueblo en dirección Aldehuela del Jerte; fue una recta de 6 kilómetros que lo hicimos en una hora. En Aldehuela, compramos unos refrescos y "morcilla" local (un tipo de chorizo y no la tradicional morcilla de sangre que conocemos) para comérnosla mas tarde. De Aldehuela, llegamos a Carcaboso donde se conservan aquí varios miliarios recuperados (ver fotos) en la portada de su recién restaurada iglesia dedicada a Santiago.
En Carcaboso conocimos a la muy simpática e interesante Doña Elena (ver fotos), una señora de ya algunos años propietaria de un bonito albergue (que visitamos) y un bar administrado por su hija. Doña Elena es ya una leyenda en la Ruta de la Plata; todos la conocen. Ella es muy celosa con los peregrinos y les quiere hacer la vida fácil. En el bar de Doña Elena, nos refrescamos y yo me fui un momento a la biblioteca publica, que estaba cerca, a ver el correo mientras Julio y Pablo se quedaron hablando con Doña Elena. Nos enseño el albergue (11 Euros por día) y lo encontramos super excelente y muy bien cuidado. Todos los cuartos tienen baños privados. Lástima que nosotros ya estábamos en ruta a otro pueblo si no nos hubiesemos quedado.
Nos encontramos el peregrimo Cantabro y nos dijo que se había perdido (por segunda vez) y recorrio 18 kilómetros de mas -- nos dijo que estaba explotado y se iba a quedar en el albergue de Doña Elena para descansar. Eran las 14:30. Doña Elena nos recomendó almorzar en Carcaboso y nos dijo que fuéramos a el Bar Las Golondrinas que comimos: (1) ensalada verde para compartir, sopa de fideos, (2) lomo (de nuevo, Pablo) y pollo.
Después de almorzar, fuimos a ver a Doña Elena para que nos diera instrucciones para salir del pueblo y nos recomendase un albergue. Así lo hizo. Nos recomendó que nos quedasemos en el Hostal Asturias no muy lejos de Arcos de Cáparra (tan pronto lleguemos al Arco, nos recogen en una furgoneta e y nos llevan al hostal sin costo alguno) -- Doña Elena personalmente llamo a Oscar (el dueño del hostal) para reservar. Del Arco al Hostal son como 10 kilómetros. Originalmente habíamos planeado quedarnos en Oliva de Plasencia pero Doña Elena nos sugirió el Hostal para no desviarnos mucho del camino y mas o menos el costó iba a ser lo mismo.
Salimos del pueblo y rápidamente agarramos el camino que coincide con la calzada. Pasa,os el canal del Jerte, fincas de encinas, vallas de piedra, portelas, y poco a poco nos acercamos a Venta Quemada, que es una casa privada. Allí descansamos un rato y seguimos en dirección al Arco por el camino/calzada por aproximadamente 5 kilómetros. Cuando la calzada se va estrechando debido a la maleza, va quedando poco para descubrir el arco cuadriforme de Caparra, impresionante en su soledad. Descansamos un rato y llamamos al hotel para que nos recogieran. Ya era de noche (20:30) y empezaba a hacer frió.
Roberto del hostal Asturias nos recogió y nos llevó al hostal que se veía muy bien. Nos aseamos y refrescamos y nos preparamos para cenar en el hostal que todavía nos ofrecían el menú del día. En el bar, antes de cenar, nos dieron de aperitivos unos pinchos de morro de cerdo (la cara del cerdo) en salsa.
Cenamos muy bien: De (1) alubias con chorizos y, (2) huevos fritos con patatas (yo), lomo para Pablo y otra carne para Julio. Postre y vino de la casa.
Nos retiramos a dormir no sin antes curarme de 2 ampollas que se me formaron. Pablo fue el enfermero que brego con las ampollas usando el método tradicional (perforar la ampolla dejando un hilo para que drene). Nos retiramos a dormir.
Hasta la proxima. Manuel